Selena Gómez vs Eugenio Derbez: los fanatismos doblegan a la razón
Alex Cooper lanza competencia de Prime; Kenia Os y Peso Pluma, los reyes de México en Spotify; Ibai y el Xokas alcanzan 18.5 millones de views con El Camino de Santiago;
Nota del autor: Por si aún no lo han escuchado, aquí el segundo episodio de La Sociedad del Contenido.
Storybakers:
La era de los fanatismos es también la era de la censura.
De la disculpa obligada.
De la marcha atrás para evitar el linchamiento.
La promesa democrática siempre ha lucido atractiva.
Lo que piensa la mayoría es lo correcto para el pueblo.
Lo que piensa la mayoría es lo que debe ser.
Pero esa apuesta democrática está llevando a que haya cada vez más voces silenciadas con tal de no ganarse problemas ante esas mayorías.
Pasa en la política.
Ahí donde hoy el que expresa una inconformidad o inquietud ante la fuerza dominante es descalificada.
Pasa en el cine y en la música.
Ahí donde hoy no pueden expresarse opiniones adversas a quienes tienen grandes fanaticadas so pena de ser perseguidas y hostigadas en redes sociales.
Ahora mismo el periodismo se pregunta cómo posicionarse ante un contexto en el que a pesar de las alertas, la gente en Estados Unidos ha decidido que el mejor camino para su país es el de tener a Donald Trumpo como presidente.
En México y en Argentina ocurre lo mismo.
Una mayoría ha elegido como gobernantes a personajes polarizantes que se han logrado hacer de fanaticadas virulentes.
Morena como movimiento en México a través de Claudia Sheinbaum a partir de la alta popularidad de Andrés Manuel López Obrador.
Javier Milei en el otro extremo.
Pero la política, insisto, no está sola.
En México y Estados Unidos, Eugenio Derbez ha sido cancelado por expresar su opinión respecto a la actuación de Selena Gómez en Emilia Pérez durante una entrevista con Gaby Meza.
Eugenio va de cómo no existe una correlación entre lo que está diciendo Selena en la película y la intencionalidad que le está dando.
Razón no le falta cuando advierte que las palabras que utiliza Selena no son ni siquiera propias de alguien que ha aprendido el español como segunda lengua.
Resulta suficiente con observar unos cuantos clips para darse cuenta que aquello parece una caricaturización de los mexicanos.
Y sin embargo, Eugenio Derbez ha tenido que salir a disculparse tanto por los clubes de fans de Selena Gómez como por mexicanos que optan por apoyar a Selena antes que por reconocer lo dicho por Derbez.
La cancelación llega a tanto que las comunidades de Selena Gómez comenzaron a compartir la fortuna estimada tanto de Eugenio Derbez como de Selena.
Para ellas, y en términos generales para la sociedad actual, el que más tiene es el que más vale.
En este caso Selena con una fortuna estimada en mil millones de dólares a cambio de 30 millones de Eugenio Derbez.
Más allá de probables códigos de interacción entre figuras del entretenimiento y el espectáculo, la dinámica de cancelación en redes a partir de las comunidades ha traído consigo una especie de censura implícita.
Un termómetro social en el que la mayoría o los más ruidosos pretenden imponerse al resto.
Durante la conversación entre Eugenio Derbez y Gaby Meza se advertía, incluso, que la principal responsabilidad parecía recaer en el director de la película.
El francés Jacques Audiard ni habla español ni habla inglés.
Y aún así presentó una película con reconocimiento a nivel internacional que relata la historia de un narcotraficante que opta por un cambio de género para comenzar a obrar bien.
El foco de la crítica de Derbez es válido.
Se ha hecho una película que dice adentrarse en la realidad del narcotráfico mexicano sin siquiera entender el idioma.
Pero las fanáticas de Selena, como otras veces ha ocurrido con las comunidades de Taylor Swift o de BTS, no permiten argumentos distintos a los suyos.
Lo ocurrido no sería tan relevante de no ser porque esa misma realidad es la que impera en el día a día de nuestras ideologías políticas.
En un mundo fanatizado no cabe la razón.
En un mundo fanatizado de muy poco sirve el análisis.
En un mundo fanatizado los grises corren el riesgo de extinguirse.
Lo saben bien Eugenio Derbez y Gaby Meza tras haber sido cancelados.
Pero sobre todo, y en lo que de verdad nos afecta, lo entiende el periodismo que hoy se debate entre caer en la indiferencia con un discurso de pocos decibeles o colocarse en el centro de la batalla tomando partido por alguno de los dos bandos.
Lo he dicho en La Sociedad del Contenido.
Todo está conectado.
Lo que consumimos refleja mucho de lo que somos como sociedad.
Y cómo reaccionamos frente a ello dibuja mucho de la triste realidad en que las opiniones predominan sobre los hechos.
Eugenio Derbez se ha disculpado.
Lo cancelarán unos días más.
Pero de ahí no pasará.
El problema es que el periodismo o encuentra su lugar o estará en peligro de muerte.
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