París 2024: las redes y el reality se comieron la atención de los medios
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Storybakers:
Sigo los Juegos Olímpicos a través de YouTube.
Descubro la foto más viral de París 2024 en redes sociales.
Reacciono a ella directamente en el perfil del fotógrafo que la tomó aunque en realidad sea una obra pagada por AFP.
Sigo a una de las arqueras mexicanas del momento directamente en TikTok.
Ahí, Ana Paula Vázquez tiene más de 842 mil seguidores.
Simone Biles tiene como primera reacción tras ganar la medalla de oro acordar con su compañera qué video publicarán en sus respectivas cuentas de TikTok.
A los medios no les queda de otra que reaccionar a esas publicaciones hechas desde los perfiles de los atletas.
Las polémicas en torno a la nacionalidad de Prisca Awiti, judoca ganadora de plata para México, se libran en redes sociales.
Ahí Fernando Palomo y Mauricio Imay de ESPN cometen el error de afirmar que es naturalizada.
David Faitelson de Televisa los corrige.
La gente reacciona en redes.
Los medios retoman la información a partir de esos fragmentos sociales que ameritan ser consignados como nota.
En resumen, todo lo que trasciende está en las redes.
Esos espacios que además de entregar la información que estamos buscando, incluyen las reacciones de los atletas y de la audiencia.
Ahí está la conversación y la interacción.
Ahí están las opiniones de creadores de contenido que con millones de seguidores se encargan de convertir a TikTok y a YouTube en los más grandes medios de cobertura olímpica.
Porque mientras que en televisión hemos de esperar a que concluyan los cortes comerciales y se siga la parrilla establecida, en TikTok encontramos información, análisis, opinión y entretenimiento para todo.
Mientras TUDN produce una telenovela con Wendy Guevara y Julián Gil con exposición dentro de su programa estelar nocturno, cada suceso o tendencia digna de mención es cubierta por miles de creadores que acaban con la oportunidad de los medios por más grandes que sean.
Hoy todo ocurre antes en las redes que en los medios tradicionales.
Un creador produce al ritmo que le demandan las plataformas sociales.
Construye una narrativa para cautivar la atención en cuestión de segundos.
Los medios tradicionales operan con tal lentitud que para cuando llegan ya son un segundo o tercer tiempo de la historia.
Su rol es complementario más no indispensable en los grandes sucesos deportivos.
E incluso en los de información dura, aunque al menos ahí conservan un mayor grado de autoridad y verificación con respecto a los creadores.
A favor de los medios habrá que decir que si se pueden ver los Olímpicos en Latinoamérica a través de YouTube es gracias a Clarosports.
Que las polémicas continuamente son propiciadas por periodistas o conductores que reciben un sueldo por parte de los medios.
Y que la imagen más viral de los Juegos Olímpicos se produjo gracias a un fotógrafo de una agencia internacional.
Pero es una realidad que de así quererlo, YouTube pagaría por sí mismo los derechos de transmisión.
Que así como hay polémicas con gente de televisión, de manera creciente se producen choques de alto nivel entre creadores de contenido o periodistas hechos en redes.
Y que el creador a partir de los ingresos que genera ha ido profesionalizando sus propias capacidades de producción de contenido.
Para los medios es doloroso lo que ocurre.
La primicia informativa es cada vez menos de los medios.
La opinión y el análisis es cada vez menos de los medios.
El entretenimiento detrás del deporte es cada vez menos de los medios.
París 2024 ocurre en las redes.
Es un gran reality en el que las reacciones de los atletas se conocen a través de TikTok, Instagram o YouTube.
El problema no pasa tanto por ese protagonismo como por el tiempo de atención que se va hacia ellas en vez de ir hacia los medios.
Mientras los medios se aferran al texto, los creadores inundan de video.
Mientras las audiencias conversan en redes, los medios cierran sus espacios para publicar comentarios.
París 2024 ha dejado más claro que nunca que los medios están en una de las posiciones más comprometidas de toda su historia.
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