México: la Selección de futbol que se reinventa desde el contenido
Y cómo la estrategia es descalificar las criticas de los medios
Storybakers:
Son tiempos de acabar con los intermediarios.
De dinamitar la opinión de terceros para establecer una relación directa con tu audiencia.
De cuestionar los intereses de los que van en contra de tu narrativa.
De exhibirlos cada que se pueda para dejar claro que esos que hablan de ti lo hacen motivados por su propia conveniencia antes que por la realidad.
Así es el manual de los políticos en tiempos en que se gobierna desde Twitter.
Es lo que hizo Donald Trump como presidente de Estados Unidos.
Es lo que han hecho Bolsonaro y López Obrador en Brasil y México.
Si debilitas a los que te cuestionan, te haces inmune a las opiniones y hasta a los hechos.
Ese mismo manual es el que ahora ha decidido seguir la Selección Mexicana de Futbol.
Lo hace de forma clara con este video en que aprovecha la obtención de un título en la Copa Oro para atacar de forma directa a los que hemos cuestionado su nivel.
Lo hace incluyendo hasta a narradores de empresas que pagan por los derechos de transmisión.
Lo hace yéndose contra todos los que en uno u otro momento de la era reciente hemos asegurado que la Selección está peor que nunca.
Desde sus cuentas oficiales, la Selección Mexicana manda un mensaje a todos.
O podríamos decir, una descalificación a todos.
Aunque sea una historia muy local, consideré pertinente hablar de ella porque representa una nueva demostración del endeble papel de los medios.
Quien está detrás de esta estrategia es precisamente un hombre de medios.
Es Juan Carlos Rodríguez, Alto Comisionado de la Federación Mexicana de Futbol.
Hombre con años de experiencia como el máximo responsable de deportes en Televisa y Univisión.
Creador de emisoras de radio deportivas.
Y ahora el máximo responsable de lograr que la Selección Mexicana alcance el éxito en la Copa del Mundo del 2026.
Luis García, uno de los analistas “exhibidos” por el video, lo explica bien con un tuit.
La estrategia ha sido clara desde el primer día.
Es quizás la mayor transformación visible detrás de un proyecto que se supone que tiene como prioridad lo deportivo.
Su primera gran acción pasó por mandar un mensaje directo a la afición para anunciar la destitución del cuerpo técnico elegido antes de su llegada.
Habló siempre de comunicarse de forma directa con la afición.
Incluye, porque así lo requieren este tipo de narrativas, momentos de empatía con aficionados que se endeudaron para poder comprar un boleto.
De aficionados que vendieron su coche, que gastaron sus ahorros.
Es, de nuevo, un discurso muy de la clase política llevado al futbol.
Para la llegada del nuevo cuerpo técnico se utilizó la misma estrategia.
Esta vez no con el propio Juan Carlos Rodríguez como protagonista, pero sí con el nuevo técnico y con los jugadores más emblemáticos, aunque también los más cuestionados.
Se habló entonces de dar acceso total a los aficionados.
De incorporar cámaras y micrófonos a la intimidad de la Selección para que los aficionados pudieran sentirse parte del equipo.
Todos juntos, como debe ser, rumbo al Mundial del 2026.
A la Selección le ha bastado con un triunfo en la Copa Oro para consolidar su estrategia.
No enfrentó ni a Estados Unidos ni a Canadá.
Perdió con Qatar, el peor equipo de la Copa Mundial del año pasado.
Pero una victoria de última hora sobre Panamá es el motivo perfecto para decir que a partir de ahora todo será diferente.
Que lo que pasó no es ni que los jugadores fallaran ni que existiera compromiso o calidad.
Que lo que pasó fue simplemente una mala racha acompañada de un ambiente tóxico.
El video no lo dice, pero lo tóxico, como siempre pasa en esta narrativa, lo provocan los medios y los críticos.
Vale decir que en esta narrativa, como también ocurre en la política, están los medios aliados.
Aquí Televisa juega un rol medular.
Se hizo viral cómo su narrador estelar lloró narrando el gol con que la Selección Mexicana se llevó el título.
Horas más tarde, el autor de ese gol le terminó obsequiando su playera a esa mismo narrador.
Es una estrategia que funciona tanto a Televisa como a la Selección.
A la Selección para darle mayor valor emocional a un triunfo que aunque meritorio no deja de ser algo que siempre debió ser un trámite.
Y a Televisa para seguir en su eterna lucha por posicionar a alguien que pueda hacerle frente a los narradores de TV Azteca.
Parte de esa estrategia consiste en producir una supuesta adoración de ese narrador (Andrés Vaca) hacia ese futbolista (Santiago Giménez).
El nuevo narrador unido a la máxima promesa del futbol mexicano.
La estrategia es cuestionable de fondo pero efectiva.
La narrativa oficial de la Selección Mexicana dejó de ser la del eterno optimismo para demostrar que escucha y conoce lo que se dice de ella.
En vez de hacer oídos sordos, opta ahora por responder de forma directa.
Es la postura correcta.
Toma el control de la narrativa.
Le habla a la afición dando a entender que comparte su sentir.
Pero a la vez desactiva la “toxicidad” de los medios llevando la narrativa hacia donde le conviene.
La de estar juntos en medio de la crisis.
La de creer en esos mismos jugadores que se han enemistado hasta con la afición por exigirles resultados.
La de convencer a la afición de que existe empatía, pero no espacio para la crítica que desde la narrativa oficial se ve como destructiva.
Me gusta la estrategia de la Selección.
Me gusta como analista de contenidos.
Me gusta como un creador de medios que entiende cómo una narrativa puede alinearse a los intereses propios.
No me gusta como un aficionado que entiende que de fondo nada cambia.
Que con este tipo de mensajes lo único que se hace es seguir consintiendo a los mismos futbolistas antes que promover la autocrítica necesaria en un futbol que vive entre mucho dinero y muy pocos resultados.
Me gusta la forma, pero no el fondo.
La Selección está haciendo lo correcto a nivel contenidos.
Falta que haga la correcto a nivel deportivo.
Que comience por apapachar a jugadores que rehuyen a la excelencia deportiva no es un buen comienzo.
Pero para efectos de este newsletter, la Selección hace lo correcto.
Aunque otra vez los medios terminen afectados.