El pequeño gran gesto de The Guardian que puede cambiar el periodismo
Cómo un módulo destacando las lecturas profundas sirve como una prueba contundente de intenciones
Storybakers:
Les quiero compartir que estoy profundamente emocionado por el éxito inicial de Co-newsroom.
Me resulta apasionante compartir tiempo, ideas y conocimiento con grandes talentos de los medios, las historias y el periodismo.
Me resulta apasionante, sobre todo, por su disposición a cambiar el estado actual de las cosas.
En Co-newsroom, por ejemplo, está Miguel Delgado de Esferica.
Un proyecto de audio deportivo creado desde España.
Está también Latin Zine.
Un newsletter especializado en la industria de la moda creado por Talia Cu.
Una periodista obsesiva de los medios que hace contenido al nivel de las grandes periodistas de moda en Estados Unidos.
Note del día
Forma parte del grupo Blanca Juana.
Ella, además de haber sido CEO de Grupo Expansión, es una de las mentes más brillantes de los medios en México.
Una mujer que combina como muy pocos el querer hacer buen contenido con querer un buen negocio.
Ahora tiene el proyecto de La Buena Banda.
Una comunidad de mujeres líderes que comparten sus historias.
Oso Trava nos permite conocer aún más a fondo el proyecto de Blanca.
Comparto estos tres casos pero vendrán bastantes más.
Gente en Costa Rica, en Chile y en Argentina que ha optado por Co-newsroom.
Si quieren apoyo, motivación y herramientas para construir su propio medio, los espero en Co-newsroom.
Como cada año, Story Baker presenta Tendencias 2024: el año de las historIAs. Un ejercicio colaborativo internacional que reúne a los máximos líderes de la industria de los medios y los contenidos para compartir las tendencias que marcarán el nuevo año.
Es una manifestación de intenciones.
Un guiño tan elemental como trascendente.
Porque hace tiempo que los medios no se toman el tiempo de atender las prioridades que se necesitan para transformar la industria.
En las redacciones abunda esa sensación de que el típico módulo de lo más visto es un reflejo de lo mal que estamos como medios y de lo deplorable que es la audiencia.
A todos nos ha pasado.
Trabajamos notas en las que creemos.
Notas a profundidad.
Notas que de verdad se distinguen del resto tanto por el trabajo invertido como por la narrativa utilizada.
Pero nada en las métricas las hace destacar.
Gana en cambio la nota sobre la tendencia del momento.
Gana en cambio la nota sobre el último intercambio de tuits entre periodistas.
Gana en cambio la nota sobre la misma declaración que todos llevan.
Pero ese módulo, aunque un tanto indignante por servir como espejo de lo que en verdad funciona bajo el modelo de negocio actual, se ha mantenido por lo útil que resulta como imán para que más audiencia siga consumiendo aquello de lo que no estamos orgullosos.
Por eso aplaudo que The Guardian se atreva a impulsar otro tipo de mensajes.
A impulsar el consumo decidido antes que el consumo de impulso.
El consumo profundo sobre el consumo superficial.
Lo ha hecho acompañando el módulo de lo más visto con uno que identifica los artículos en que la gente ha pasado más tiempo.
Como suele ocurrir, no hay una correlación significativa.
Entre los siete más vistos y los siete en que mayor tiempo han invertido los lectores no existe más que uno que se repite.
El resto opera en otro sentido.
No es que uno sea más necesario que otro.
Ambos forman parte del funnel de conversión de cualquier medio.
Pero lo que no puede cuestionarse es que la lealtad, el compromiso y el interés sólo se consigue con tiempo.
Como las relaciones humanas.
Como el aprendizaje profundo.
Y como el vínculo emocional que aún en estos tiempos se puede formar con un medio o creador específico.
Sin tiempo y dedicación de ambas partes no hay más que olvido.
Por eso me gusta que The Guardian se tome el tiempo de llamar a los lectores a consumir de forma decidida.
Es ese consumo decidido el que deriva en que los newsletters estén en tendencia.
El consumo decidido está mucho más cercano a la formación de un hábito que el consumo de impulso.
Entre los medios de habla hispana no abundan esos contenidos que se cuentan a fuego lento.
No abundan tampoco esos contenidos de autor que la audiencia abraza para devorarlos por varios minutos.
Chris Moran lo explica bien en un tuit.
Él es director de innovación editorial en The Guardian.
Habla de cómo hay que expandir la promoción del periodismo.
De cómo desde los propios medios han de impulsar el periodismo más allá de lo que está en tendencia.
Comparte a continuación cómo calculan ese tiempo invertido.
No es sólo el total de tiempo.
Es también la media de ese consumo ante la longitud de la pieza analizada.
No es una solución.
No es ni siquiera el hilo negro.
Está muy lejos de serlo.
Pero sí que haría bien que los medios tuvieran esa manifestación de intenciones con más recurrencia.
Que se encargaran de recordarle a la gente que hace no mucho tiempo los medios eran para leer por varios minutos.
Para informarte mientras desayunabas.
Para echar a andar tu día con la sensación de haberte informado.
El consumo decidido es ante todo una experiencia.
¿Estamos preparados para de verdad generar esa experiencia?
¿Entendemos cómo escribir para lograr esa experiencia?
¿Entendemos cómo escapar de lo común para alcanzar lo único?
Son preguntas que aplican para todos.
Preguntas que hemos de responder si queremos evitar caer en la olvida.
Nosotros como periodistas.
Y los medios como industria.
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