El Comercio se va de Comscore: el adiós a las métricas tóxicas que marcaron a toda la industria
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Storybakers:
Sigue la desbandada.
La rebelión de los medios ante las métricas de Comscore.
Es lo más cercano a una dictadura que se desmorona.
A una relación tóxica que por fin se acaba.
El movimiento lo inició El Tiempo de Colombia.
Le siguió El Universal de México.
Ahora se suma El Comercio de Perú.
Han optado los tres por olvidarse de las métricas de Comscore.
Lo han hecho no tanto por incentivar las métricas aún a costa de los intereses de los usuarios sino por incluir métricas sociales que para muchos representa un desvío en la meritocracia del alcance en una plataforma propietaria.
El Comercio reconoce que una de sus principales inconformidades pasa por lo maleables que pueden resultar las métricas sociales a partir de la inversión publicitaria.
La dirección de El Comercio y sus áreas corporativas entienden que podría existir un riesgo respecto a la fidelidad de los datos desde redes sociales, toda cuenta que estos podrían ser maniobrados a través de la pauta publicitaria.
Pero destaca aún más que advierta que a estas alturas y en estos tiempos el alcance deja de ser prioritario.
Asimismo, creemos que una medición orientada hacia métricas de volumen se alejan de nuestro core de negocio, orientado desde hace ya varios meses a entregar contenidos de alto valor periodístico y a la fidelización de nuestras audiencias, principalmente en el mercado peruano, a través de las suscripciones.
Éste argumento tendría que ser el que acompañara el retiro de los grandes medios de las métricas de Comscore.
Tendría que aplicar tanto para los medios basados en suscripciones como para los que no.
Porque en el presente y futuro de los medios el verdadero camino pasa por la construcción de una relación directa con la audiencia.
No por el alcance a destajo.
No por la creación de verticales en modo exprés para salir a presumir que sé es líder de una categoría en Comscore aunque de relevancia cultural no se tenga nada.
Es positivo a todas luces que de a poco los grandes medios se vayan desprendiendo de su obsesión por Comscore.
Tardó demasiado en ocurrir.
Mucho más de la cuenta.
Pero está ocurriendo.
Y a estos tres referentes de sus respectivos mercados se acabarán sumando otros que también comprendan que hay métricas en vez de contribuir al negocio, los perjudican.
Porque los nuevos medios han de medirse bajo los nuevos parámetros.
Para la nueva era de digital Comscore es más un distractor que un motor de crecimiento sostenido.
No importa tanto, como dice El Comercio, que se puedan manipular las métricas a través de la pauta como que la batalla del alcance forma parte ya de un juego en el que muchos medios ya no deberían estar.
El adiós de Comscore representa la llegada de nuevos objetivos en la industria.
Y eso tiene que entusiasmarnos.
Porque por fin recordamos que la prioridad han de ser los usuarios fidelizados antes que las lecturas ocasionales.
Una de las relaciones más tóxicas en la historia de la industria está llegando a su fin.
Los medios por fin tienen algo que celebrar.
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