Del video al texto: el nuevo multiformato de los medios
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Storybakers:
Los medios se tardaron demasiado.
Fueron meros espectadores de una tendencia que se fue construyendo a fuego lento.
Mientras la mayoría siguió basada en el texto como aproximación para digital, los streamers capitalizaron la oportunidad para hacerse de una audiencia fiel con amplias oportunidades de monetización.
Hoy Ibai Llanos es más grande e influyente que la gran mayoría de medios deportivos.
Hoy Westcol es capaz de reunir a más de 800 mil personas para ver Stream Fighters, su propia versión de la Velada del Año de Ibai.
Hoy Luzu TV se apunta como uno de los grandes objetos de análisis en la industria de los medios.
Para el nuevo funnel de conversión de los medios resulta medular construir una base consistente que consuma.
Sí que los lea, sí que los escuche, pero sobre todo que los vea.
Que los vea por horas.
Que decida estar con ellos ante cualquier circunstancia.
El proceso es largo.
Desesperante incluso.
Porque tras años de vivir en la magia de las cifras inimaginables alentadas por el alcance de Facebook y Google, resulta complejo aceptar que tener a unas cuantas miles de personas o incluso a centenas de personas puede generar algo de valor.
Cuesta entender que unos cuantos puedan ser más atractivos que los millones que se supone que tienen.
Y sin embargo, en la práctica, el revenue por usuario señala al streaming en vivo como una de las alternativas más redituables de nuestros tiempos.
Más para creadores que para medios.
Pero también aplica para estos últimos.
Para un creador, los costos son mucho más moderados.
De él no se espera más que una transmisión desde su casa o desde donde quiera y pueda.
La precariedad es incluso una potencial narrativa para llamar a sus seguidores a suscribirse en Twitch o a regalar un Súper en YouTube.
Para los medios, en cambio, las exigencias son más altas.
Se espera de ellos que inviertan en producción.
Que se perciba una preparación muy superior a la de un creador que en pleno stream puede darse el lujo de ir al baño o de avisar que ahora vuelve porque ha de ir a recibir su pedido de Uber Eats.
Y al mismo tiempo, aún con requerimientos de calidad superiores, la gente está menos dispuesto a aportar económicamente a un medio que a un creador independiente.
Pero los medios han entendido que a pesar de todo el streaming es una oportunidad para ser algo más que maquiladores de texto.
Lo han hecho, quizás sin querer, bajo el modelo de la pirámide de Gary Vee.
El caso más evidente es el de Récord con Récord+.
Desde hace unos meses, tal como me lo contó Alejandro Gómez hace unos meses, el diario deportivo Récord optó por abrazar las transmisiones en vivo como su apuesta para sobrevivir y sobresalir.
Lo hace después de haber sido el medio deportivo referente en impreso hasta que estalló la crisis del papel.
Lo hace tras años de intentar sin éxito posicionarse entre los cinco sitios de mayor tráfico en México.
Territorio dominado o por Medio Tiempo, o por la maquinaría algorítmica de Marca y As.
Hasta ahora sus niveles de audiencia en vivo son bajos.
La mayoría de sus transmisiones no superan las mil vistas.
Pero al mismo tiempo, Récord ha ido perfeccionando una maquinaría de creación de contenido que permite dar protagonismo a los espacios en vivo sin que ello signifique el extravío de su cobertura editorial tradicional.
Pasa que ahora en vez de procurar que sus notas estelares se presenten a través del texto, la prioridad es que esa noticia, entrevista o exclusiva se dé a través del video.
Un video con mucho mayor potencial de viralizarse.
Un video que humaniza a quienes están detrás de Récord.
Ya sea al propio Alejandro Gómez, a Carlos Ponce y a Diana Pérez, cabezas de marca y editoriales, como también a reporteros y coordinadores que van construyéndose una identidad con la audiencia,
Veremos cada vez con mayor recurrencia que el video se convierte en pilar de los medios.
No será un camino fácil.
No será tampoco un camino rápido.
Pero para los medios, incluso para los más consolidados como Olé en Argentina, será fundamental tener audiencias y comunidades.
Apalancarse de las audiencias para construir comunidades.
Tener espacios de descubrimiento pero también de fidelización que lleve a que los usuarios se conviertan en embajadores.
Los medios deportivos han sido de avanzada.
Pero cada vez más se diversifican las temáticas y las oportunidades.
Les corresponde a los medios tragarse su orgullo y atreverse a valorar cifras menores de mayor valor.
Dolerá la reinvención.
Dolerá el cambio de hábitos.
Pero o es eso o la extinción.
Preferible intentarlo como Récord aún con 50 personas en vivo viendo sus programas que quedarse esperando a que la llave de las búsquedas se cierre.
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